Ofrecemos aquí una sucinta reflexión sobre la vocación educativa del judo desde la formulación de Jigoro Kano. El judo se construye en la encrucijada entre la tradición y la modernidad, entre Oriente y Occidente, entre los sistemas tradicionales de lucha y los principios de la ciencia moderna. Sin dotarse de grandes armazones filosóficos, el planteamiento inicial del judo refleja el carácter humanista de su fundador y las aspiraciones por conseguir un mundo más armónico.